El poder sanador del arte: Louise Bourgeois

 

Louise Bourgeois es una de las figuras más relevantes del arte moderno y un icono feminista fundamental de la segunda mitad del siglo XX. Lo es también para las Guerrillera Girls. De hecho una de las líneas de su mas que conocida obra reza: Las ventajas de ser una mujer artista: Saber que tu carrera podría repuntar después de cumplir los 80.

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Louise Bourgeois (París, 1911-Nueva York, 2010) fue una artista atormentada por los miedos e inseguridades que tuvieron origen en su entorno familiar. Tuvo una infancia dolorosa marcada por la enfermedad de su madre y su padre infiel. Buscó en el arte un reconocimiento no solo profesional, sino personal.

La obra de Louise Bourgeois es completamente autobiográfica. La soledad, el abandono, la inseguridad, el daño, la memoria o el intenso dolor son temas recurrentes en sus piezas. Para Bourgeois, la arquitectura es un medio activo, que le permite explorar sus recuerdos, descubrirse a sí misma y exorcizar sus demonios. «El propósito de las piezas es expresar emociones. Mis emociones son inapropiadas para mi tamaño. Mis emociones son mis demonios, la intensidad de éstas, son demasiado para manejar. Es por eso que las transfiero, esa energía a la escultura». Louise Bourgeois.

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Aunque la obra de Bourgeois abarca la pintura, el dibujo, el grabado y la performance, la artista es más conocida por sus esculturas. Una de sus piezas más conocidas por todos y que se ha convertido en símbolo de su obra, son sus archiconocidas arañas de bronce y acero. Las araña es una oda a su difunta madre, alguien confiable, intelectual, lógica sin brote de pasión alguno.

Louise era un símbolo de alguien que había estado mucho tiempo y que logró tener cierto reconocimiento, aunque fuera tardío. En 1982, Bourgeois se convirtió en la primera mujer en presentar una retrospectiva en el Museum of Modern Art de Nueva York.

En esta ocasión el Museo Guggenheim de Bilbao presenta la exposición Estructuras de la existencia, la más completa hasta la fecha centrada en las jaulas autobiográficas de la mujer araña. Esta exposición nos invita a recorrer las Celdas de Bourgeois, conociendo de esta manera su compleja mente. Para ella representan diferentes tipos de dolor: el físico, el emocional, el psicológico, el mental e intelectual… «Cada Celda trata del miedo. El miedo es dolor».

Así es el mundo de Louise Bourgeois oscuro, secreto, tormentoso, y al mismo tiempo, intrigante, delicado, enigmático, pero sobre todo, fascinante.

Podríamos decir que el arte purgó sus emociones, como lo hace con todos nosotros. Tal y como ella decía: «El arte surge del problema. La solución nunca aparece. De lo contrario pararía y sería feliz».

Termino este post con la canción que cierra el documental: La araña, la amante y la mandaria (digno de ver): Laurie Anderson: O Superman (digna de escuchar). 

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