Cotidianidades MX
Hoy hace justamente un mes que regresé de una de las mayores aventuras de mi vida. Durante algo más de seis meses estuve viviendo en México DF. Al tiempo que trabajaba en un museo del centro, me perdía en cada calle, cada rincón, cada plaza, descubriendo ese México desconocido y auténtico.
Minutos antes de aterrizar el miedo se apoderó de mí al observar la magnitud de ese país, en realidad, de ese estado, en el que durante los próximos meses iba a vivir. Fue precisamente en ese momento cuando realmente fui consciente de lo que me esperaba por delante.
El caos, el ruido, y los mil y un olores que me llegaban mientras caminaba por sus calles de aceras imposibles y transito abundante, hacían que me sintiera abrumada y algo perdida. Sin embargo esa sensación pronto se disipó, y fue justamente en ese caos, en ese intenso olor, y en ese caótico ruido, donde empecé a sentir su belleza y encanto.
Es un país de contrastes con una riqueza histórica, cultural y gastronómica extraordinaria. Sus gentes son humildes y hospitalarias cargadas de gran sabiduría y vitalidad.
Es el lugar de grandes muralistas como Orozco, Rivera o Siqueiros, el país de grandes imperios como el azteca y el maya, el país de la enigmática Frida y de la gran Chavela Vargas, pero México es mucho más, es el tequila, el mezcal, la sal de gusano, los taquitos pastor, los chapulines, el pozole, el mole, el chile, los antros, las rancheras, las cantinas y los mariachis, los vendedores de tamales y los siempre omnipresentes vendedores del metro.
Cada día allí es una aventura, sabes cómo empiezas, pero nunca como acabas. La vida en México no es lineal, es intensa y viva. Es un país que te quita, pero al mismo tiempo te da muchísimo; porque tal y como dicen: “Cómo México no hay dos”.
Durante mi estancia aproveché para viajar, escapándome cada vez que podía del agitado DF en busca de nuevas emociones y aventuras, explorando ese México puro y auténtico, no tan moderno y urbanita. Esto me llevó a visitar Chiapas, Oaxaca, Hidalgo, Yucatán o San Luis de Potosí. En cada uno de ellos encontré algo diferente y en cada uno de ellos existía una fuerza sobrenatural que me atrapaba para que quisiera quedarme por siempre allí.
Todo esto ha dado lugar a cotidianidadesmx, un proyecto fotográfico personal cuyo objetivo es recoger, a través de una cámara desechable, una fotografía diaria que refleje la belleza del país y, al mismo tiempo sea un resumen de cada día. Con esto también pretendo reivindicar la espontaneidad de la fotografía y la magia de lo analógico en una era en la que todo es inmediato y fugaz.
Disfruten y vean, y que viva México cabrones!