Género Imposible. Silvia Pérez Cruz
No sabría cómo clasificar el último trabajo de Silvia Pérez Cruz. Y la verdad es que creo que su título lo define perfectamente: Género Imposible.
Si últimamente estamos muy acostumbradxs a clasificar, etiquetar y poner cada cosa en pequeños compartimentos estancos, cada vez más definidos e inamovibles, lo de Silvia Pérez Cruz se podría decir que es algo líquido. Un trabajo que desdibuja los límites y conjuga la pasión por una profesión y la necesidad de expresar a través del Arte.
«Si no canto lo que siento, me voy a morir por dentro», Silvia Pérez Cruz en homenaje a Mercedes Sosa.
Si bien es verdad que no era la primera vez que disfrutaba de su capacidad artística, nunca habría imaginado experimentar tanta intimidad y virtuosismo compartido en un mismo espacio. Y es que ella consigue lo que todo artista desea: llenar el escenario con su presencia.
Podríamos decir que lo que vivimos con Género Imposible, en Naves del Español, sería la puesta en escena de su último disco, pero nos quedaríamos tan solo en la superficie. Lo que experimentamos con esta obra fueron 150 minutos de conversación entre distintas disciplinas artísticas: arte sonoro, arte visual, danza, interpretación, escenografía y música. Mucha música. Disciplinas que se traducen en las personas que han participado en la creación de este formato escénico como la bailarina Elena Córdoba; el dramaturgo, actor y poeta Pablo Messiez; lxs escenógrafxs Sílvia Delagneau y Max Glaenzel; el pintor, iluminador y poeta Carlos Marquerie; el ingeniero de sonido y creador de espacios sonoros Juan Casanovas, o la diseñadora de vestuario Cecilia Molano.
Una espectacular puesta en escena donde la iluminación y las texturas fueron coprotagonistas.
La artista no perdió la ocasión para dialogar con el público y dejar alguna reflexión como esta que, por supuesto, suscribo: “Cuidemos la Cultura, porque si cuidamos la Cultura, la Cultura nos cuidará a nosotrxs”. Y es que no nos olvidemos que en estos tiempos donde la inmediatez, la productividad y la tecnología se vuelven mantras de nuestra sociedad, lo que siempre nos diferenciará de las máquinas será nuestra capacidad para crear, relacionar y expresar como Humanxs. Y esto es, en definitiva, la Cultura.